¿Le pondrá el Banco de México dólares al mercado cambiario para evitar que nuestra moneda se siga depreciando?
Esa es una pregunta que nos han hecho muchos lectores en el último par de días. Hoy le podemos decir que mientras el peso se deprecie más o menos al ritmo al que lo hacen otras monedas, el banco central no le pondrá ni un solo dólar al mercado.
La visión que existe es que si el tipo de cambio del peso frente a la divisa norteamericana sigue el curso de las demás, resultaría completamente inútil inyectar dólares al mercado. Sería como tratar de frenar la marea con costales de arena.
Ayer, José Antonio Meade, Secretario de Hacienda, aclaraba que mientras el mercado cambiario tenga liquidez, la Comisión de Cambios, que integran Hacienda y Banxico, pero en la que tiene voto de calidad el propio Secretario, no decidirá ponerle dólares al mercado. Y, hasta hoy, la caída del peso, se ha dado en un mercado con liquidez.
Comparemos lo que ha pasado con el dólar en México con lo que ha ocurrido con las monedas de algunos otros países.
En los últimos dos meses, nuestra moneda se depreció en 21.1 por ciento al pasar de 11.63 a 14.09 ayer por la tarde.
Pero el real brasileño, en ese mismo lapso, se depreció en 21.9 por ciento, y el won de Corea, en 9.2 por ciento; el euro, en 6.7 por ciento; el rublo, en 13.3 por ciento. Incluso monedas sólidas como el franco suizo también cayeron en 8.3 por ciento.
Si las cotizaciones del dólar se dispararan en los próximos días sin que hubiera una relación directa con lo que pasa en otros países, entonces no dude que cualquier tarde de éstas el Banco de México anuncie un esquema de provisión de dólares al mercado.
Sin embargo, hasta ahora, lo que hemos visto en México sigue respondiendo al tema que ya conocemos desde hace 3 años: el "fly to quality".
Es una manera elegante de decir que los inversionistas empiezan a sentir miedo de mantener sus activos financieros en monedas como el peso o el real y venden, lo que genera demanda de dólares que presiona a su precio.
La razón por la que sienten temor es por el riesgo de una nueva recesión internacional.
El Fondo Monetario Internacional, en su informe sobre la estabilidad financiera que ayer dio a conocer en Washington, estableció que la banca europea probablemente requiera de 300 mil millones de dólares para capitalizarse si no se quiere que la restricción de créditos en el viejo continente se traduzca en una recesión.
Personajes como Nouriel Roubini consideran que ya es mayor la probabilidad de una recesión en Europa que la de la persistencia del crecimiento (así fuera éste moderado) y existe el temor de que la caída se contagie a otras economías, si no es que a todo el mundo.
Las reacciones, a veces viscerales, de los inversionistas conducen a que estos temores impliquen corridas de los mercados accionarios y compra masiva de Bonos del Tesoro de los Estados Unidos.
Esto reduce fuertemente las tasas de interés en dólares. Ayer, el rendimiento del bono a 10 años se ubicó en 1.72 por ciento. Hace dos meses estaba en cerca de 3 por ciento, y en el momento más crítico de la crisis de 2008 bajó a 2.2 por ciento. Así que las luces rojas están encendidas con toda la intensidad.
Este fin de semana, en Washington, durante la reunión del FMI y el Banco Mundial, se espera que haya señales que nos digan si hay esperanza de evitar la recesión.
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